La Moraña
Extensa llanura de la zona norte de Ávila, que se extiende hasta Arévalo y forma, junto con Madrigal de las Altas Torres y Fontiveros, un triángulo de interés histórico y cultural.
Al parecer, como consecuencia de la derrota de los ejércitos cristianos en la batalla de Simancas (939 d.c.), toda esta zona queda bastante deshabitada, existiendo únicamente, pequeños núcleos o bolsas de población islámica en la zona, tal vez por este motivo el significado de La Moraña es tierra de moros, en referencia al término “maurio”, moro en la cultura árabe, que explotan estas tierras cultivando cereal y girasol.
A raíz de la reconquista de Toledo (1085), todo este territorio procede a ser repoblado por gentes que provienen del norte de la península, como se denota en los nombres de algunas poblaciones, Narros del Castillo y Narros de Saldueña, haciendo referencia a los “naharros”; poblaciones como Blascomillán o Hernansancho fueron fundados con los nombres y apellidos de familias que provenían de Palencia y otros como Bernuy de Zapardiel se relacionan con nombres de familias que provenían del alto valle pirenaico.
<p>A pesar de un nuevo revés sufrido por los cristianos en la batalla de Alarcos (1195 d.c.), la presencia islámica en la zona no es permanente, estableciéndose en el siglo X y XI pobladores mozárabes y muladíes que mantienen la religión cristiana aunque utilizan la lengua árabe y romance, una amalgama de culturas que tuvo como máxima expresión el arte mudéjar.</p>
<p>La inmensa llanura de La Moraña brinda una enorme riqueza patrimonial a pesar de la ausencia de canteras en la zona. Los materiales utilizados son los típicos del arte mudéjar: ladrillos, yeso, adobe, madera. Es posible que la mayoría de los templos de esta zona fueran erigidos en la segunda mitad del siglo XII y alguna en el XIII, podría decirse casi simultáneamente, de ahí que la mayoría de los templos sean de una o tres naves con armadura de madera pero surgen también murallas, torres, campanarios, un arte variado que hacia el sur no traspasa la línea marcada por Narros del Castillo, Fontiveros, Constanzana y Adanero pero hacia el este se extiende a Segovia como es el caso de Martín Muñoz de las Posadas, hacia el norte por Olmedo, Muriel y Medina del Campo y hacia el oeste por Alba, y Béjar.</p>
<p>Por todo ello, esta tierra bien merece una visita ya que aunque no existan catedrales o edificios mastodónticos de sillares, sí se pueden contemplar claros y bellos ejemplos de arquitectura románico-mudéjar como los templos de San Nicolás de Bari en Madrigal de las Altas Torres, iglesias parroquiales de Donvidas y Narros del Castillo, los templos de Santa María la Mayor y San Martín en Arévalo, además de otras poblaciones como Olmedo o Medina del Campo.</p>